Atreverse. Marga Pérez

Estamos en un momento de grandes cambios, pero ¿Cuándo no lo estamos? En cualquier momento podemos tener la necesidad de un enfoque diferente, otra solución a un problema, una mirada distinta en un proyecto, una perspectiva divergente.Te has preguntado alguna vez cuál es tu enfoque ante los nuevos retos, ¿desde las soluciones o desde los problemas?

Enfocar los cambios desde lo positivo y la oportunidad, nos abre las puertas a alternativas más ricas y creativas. Si es así, ¿qué motiva las resistencias que ponemos de manifiesto? En ocasiones son los hábitos establecidos que nos permiten tomar decisiones rápidas, ahorrando tiempo y energía, hábitos que al enfrentarnos a un cambio despiertan también nuestras resistencias.

El temor a lo desconocido y la inseguridad que genera la incerteza de lo nuevo, también nos frena y nos aferra a la zona de confort, impidiéndonos avanzar hacia la superación personal y a alcanzar nuestros objetivos.

¿Qué sucede cuando estos temores aparecen en el seno de las organizaciones? ¿Se enfocan los proyectos desde la oportunidad o desde las dificultades?

Si a nivel personal tememos salir de la zona de confort, en las organizaciones se tiende también a la estabilidad. Realizar cambios puede vivirse como una amenaza, como una pérdida del estatus y de la autoridad fuertemente establecida.

Tanto a nivel personal como en las organizaciones, el miedo al fracaso es el gran freno y aunque nos repitamos que del error podemos obtener nuestros mejores aprendizajes, la incertidumbre nuevamente nos retiene en la zona de confort y nos paraliza visualizando únicamente los aspectos negativos e inesperados.

¿Quizás la clave sería enfocarnos en los aspectos positivos? Pensar cuál es el objetivo, identificar los potenciales frenos y dificultades y enfocarse en encontrar las soluciones a cada problema que vaya apareciendo, ¿sería una buena alternativa?, ¿ nos atrevemos a mirar con otra mirada?.

"Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña."

Heráclito de Efeso